Todas las mamás queremos que a nuestros hijos les pase de todo y al mismo tiempo no les pase nada, es un dilema de mamás y se que las que son mamás me entienden perfecto. Todo va bien cuando nuestros hijos están pequeños y somos nosotras las que los llevamos a todas partes y estamos al pendiente de lo que les pasa, que si se cae, que si pelea, que si quiere subirse a algún juego, etc, no pasa nada ahí estamos nosotros físicamente para ayudarles, acompañarles, defenderles, enseñarles y aconsejarles siempre. Pero qué pasa cuando tu hijo entra a la escuela y lo tienes que dejar ahí solo (ósea sin ti) por algunas horas.
Antes de ir a la escuela tratamos de inculcarle y enseñarle a nuestros hijos las reglas de convivencia con otros niños, esperar su turno, tratar de compartir, no morder o no pegar, etc, pero ¿qué pasa cuando es a tu hijo al que golpean?.
Les cuento esto porque mi hijo de 4 años me dijo en la semana que un niño de su salón, mientras estaba en el comedor le jalo el cabello y después lo empujo por la espalda, ya se imaginaran con lo intensa que soy como me sentí, entre una mezcla de coraje, impotencia y angustia, trate de calmarme, respire profundo y le pregunté:
¿y tu que hiciste? -nada, tú me dijiste que no es necesario pelear.
Entonces me recorrió un frío de la cabeza a los pies, tiene razón es lo que yo siempre le eh dicho a él y a su hermano, pero me encontré en una encrucijada, ¿que prefiero que se quede sin hacer nada o que se defienda?, ¿si le digo que se defienda, quizá lo mal entienda como violencia? ¿Y si los niños lo agarran de bajada porque vieron que no se defendió? ¿..y el bullying?, obvio todo lo pensé en un milisegundo.
-pero la Miss lo regaño y le dijo que no me molestara. Continuó.
Fiuf por lo menos la Miss estaba al pendiente y pudo intervenir, eso alivio un poco mi angustia.
La verdad es que no estoy a favor de la violencia y no le voy a decir a mi hijo que golpee a otro niño, eso sería fomentarla, hay otras maneras de defenderse y resolver los problemas y es lo que quiero que el sepa y haga, que no golpee pero que no deje que lo golpeen.
Cuando ya estuve más tranquila me di cuenta que tenía ante mi la gran oportunidad de empezar a enseñar a mi hijo a defenderse, hable con él sobre que es, lo que puede hacer en caso de que otro compañerito lo moleste o lo golpeé, y desde ese día en nuestras platicas de como le fue en la escuela siempre le hago preguntas encaminadas a saber si le molestaron o si le pegaron.
¿A qué jugaste hoy y con quién? ¿Hubo alguien que te hiciera enojar? ¿Hay alguien de los otros niños que se esté portando muy mal o que le guste hacer cosas malas? -Si una nave extraterrestre llegara a tu escuela para llevarse niños, ¿a quiénes preferirías que fuera? ¿y a quienes tratarías de ayudar? ¿Alguien te ha pedido que guardes un secreto? Etc.
Hay que enseñarle a los niños a defenderse verbalmente y de manera clara. -No me molestes! O –No me pegues! Es la primera manera de defenderse. Es lo que le dije a mi hijo que le dijera a los niños que lo molestaran y le pedí que pusiera su manita de «alto»; de hecho lo practicamos en casa.
Si está pasando algo que no le guste a tu hijo o lo están molestando o le pegan a pesar de haber pedido que pararan, lo mejor es pedirle que se aleje del lugar y de los niños que molestan y que juegue con niños que sepan respetar a los demás y con los que él se sienta agusto.
Ademas pídele a tu hijo que siempre que suceda algo así no dude en pedir ayuda a algún adulto que esté presente o a cargo, no pasa nada si grita cuando sea necesario para que lo escuchen, lo importante es que un adulto intervenga antes de que le causen daño.
Al final lo importante es empoderar a nuestros hijos, aumentar su autoestima mediante nuestro apoyo, darles seguridad, amor y confianza para que ellos sepan cómo actuar ante una situación donde se vean amenazados; con las herramientas que les des ellos sabrán en ese momento de agresión si es mejor hablar, pedir ayuda a un adulto o en última instancia golpear para defenderse.
Un niño agredido que tiene alta autoestima y que cuenta con el apoyo de sus padres, pronto dejará de serlo.
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